Si estás interesado en cultivar calibrachoa en tu jardín, aquí tienes algunos consejos útiles sobre cómo cuidar y plantar esta encantadora planta:

Elección del lugar: La calibrachoa prefiere un lugar soleado con al menos 6 horas de luz directa al día. Asegúrate de seleccionar un lugar con un suelo bien drenado para evitar el encharcamiento.

Preparación del suelo: Antes de plantar, es recomendable preparar el suelo aflojándolo y mezclándolo con materia orgánica, como compost o turba, para mejorar su estructura y retención de agua.

Plantación: Excava un agujero lo suficientemente grande para acomodar la planta de calibrachoa y colócala en el agujero a la misma profundidad a la que estaba en la maceta. Rellena el agujero con tierra y compacta suavemente alrededor de la base de la planta.

Riego: La calibrachoa necesita un riego regular para mantener el suelo ligeramente húmedo. Evita el riego excesivo, ya que esto puede provocar problemas de pudrición de las raíces. Es mejor regar en la base de la planta en lugar de mojar las flores y las hojas.

Fertilización: Para promover un crecimiento saludable y una floración abundante, puedes aplicar un fertilizante equilibrado específico para plantas con flores cada 2-3 semanas durante la temporada de crecimiento.

Poda: La calibrachoa no requiere una poda intensiva, pero puedes recortar las ramas largas o marchitas para mantener la forma compacta de la planta y fomentar una nueva floración.

Protección invernal: En regiones con inviernos fríos, es posible que la calibrachoa no sea resistente al frío. En este caso, puedes trasplantarla a macetas y moverlas a un lugar protegido durante los meses más fríos o cubrirlas con mantas o telas para protegerlas del frío extremo.

Al seguir estos consejos, podrás disfrutar de hermosas flores de calibrachoa en tu jardín durante toda la temporada. ¡Asegúrate de proporcionarles amor y cuidado, y te recompensarán con su colorido y encanto!