Suelo: La Mandevilla prefiere un suelo bien drenado y ligeramente ácido. Asegúrate de preparar el suelo con compost o materia orgánica antes de plantar.

Plantación: Siembra las plantas de Mandevilla en primavera, cuando las temperaturas comienzan a subir. Excava un agujero lo suficientemente grande para acomodar las raíces y coloca la planta en él, cubriendo las raíces con tierra y apisonando suavemente alrededor de la base.

Riego: La Mandevilla necesita un riego regular para mantener el suelo ligeramente húmedo. Evita el exceso de riego, ya que el encharcamiento puede dañar las raíces. Durante los meses más cálidos, es posible que necesite regarla con mayor frecuencia.

Fertilización: Para promover un crecimiento saludable y una floración exuberante, fertiliza la Mandevilla cada dos semanas durante la temporada de crecimiento con un fertilizante equilibrado. Sigue las instrucciones del envase para obtener mejores resultados.

Poda: La Mandevilla puede beneficiarse de una poda regular para mantener su forma y estimular una nueva floración. Después de la temporada de floración, puedes recortar las ramas largas y débiles para promover un crecimiento más compacto.

Protección invernal: Si vives en un área con inviernos fríos, es importante proteger la Mandevilla de las heladas. Puedes trasladarla a un lugar cubierto o envolverla en tela de protección para mantenerla cálida durante los meses más fríos.

Siguiendo estos consejos, podrás disfrutar de la belleza y el encanto de la planta Mandevilla en tu jardín o patio. Recuerda que cada planta es única, así que observa las necesidades específicas de tu Mandevilla y ajusta los cuidados en consecuencia. ¡Disfruta de su exuberante vegetación y sus hermosas flores!

Fuente: https://www.homiful.com